La obra de Gema García es un reflejo de sus vivencias y de su carácter fuerte, ingenioso y exigente, marcados por una niñez y una adolescencia muy imaginativa y vitalista que deriva, después de haber recorrido diversos caminos y estar muy influenciada por la labor de su marido vinculada siempre a la escultura, en un estallido creativo muy unido a su pasión personal por la moda, la cultura y la efervescencia del reconocimiento de los derechos de la mujer.

Sus creaciones se identifican fundamentalmente por sus esculturas de “Meninas” con las que crea un paradigma de mujer del siglo XXI, en el que cada mujer esconde varias mujeres en su interior: madre, esposa, trabajadora, amiga… y donde el objetivo es conseguir que todas sean dueñas de su propio destino.