top of page
Image-empty-state.png

Belén Espir

Pintura

La deconstrucción es un proceso de búsqueda y en el caso de Belén Espir, una forma de descubrir los paisajes desconocidos que pueden devenir de sus obras. Al recorrido que desde joven la acompañan pinceles, lienzos y acrílicos, le sumó este año la posibilidad de hacer una clínica junto al creador y maestro, Egar Murillo. «La pintura y la experimentación son parte de mi vida», dice la mujer formada como diseñadora gráfica primero e involucrada con tantas etiquetas de vinos después. Curiosa de sus ganas de arte, tomó clases con Mario Delhez, Milly Gómez y Eduardo González.

«La serie Paisajes se centra en la deconstrucción y construcción de una misma obra. La imagen es dos veces pintada, luego destruida en tiras y construida nuevamente», escribe en el catálogo Murillo, y enuncia lo que queda para el visitante a la vista: movimiento, azar, atmósfera y misterio. Son estos los horizontes recientes de la artista, que encuentra un silencio necesario en su casa-taller de Chacras de Coria, donde convive con su familia entre pinturas que trabaja en simultáneo.

«Me gusta mucho la investigación, la búsqueda de distintas texturas. En esta muestra se puede ver cómo con mi pintura estoy en una etapa de transición y que si bien tiene que ver conmigo, la concibo de otra manera. Me gusta mezclar brillos, generar ilusiones y buscar lo cinético. También cuando la obra interactúa con el espectador. Siento que una pintura está terminada cuando encuentro poesía en ella», considera esta apasionada de la fotografía y los viajes.

Los paisajes figurativos de ciudades y sitios icónicos que la enamoraron, la geografía de módulos que le siguió después y el puente que cruzó hasta llegar a nuevas técnicas, incluida la incorporación de láminas metálicas y los juegos indefinidos entre figura y fondo. “La obra la voy creando en mi mente durante un tiempo hasta que comienzo a materializarla. A veces parten de mis sueños y una vez en el taller me dejo llevar por lo espontáneo».

Estudiosa de la obra de Turner, Matisse y Klimt, desde hace más de cinco años trabaja con una galería en Miami, con la cual viajan sus lienzos a distintas ferias de Estados Unidos, y recientemente firmó contrato con una galería en Madrid. «Estoy indagando en materiales distintos a los que venía utilizando, ya no me conformo con el acrílico y la tela. Por ahí lo que persigo no termine nunca y eso es muy motivador para mí».

bottom of page